El enlucido o blanqueo es una capa de terminación preparada con pasta de yeso fino y
aplicada sobre una superficie previamente guarnecida. Con él se obtiene un acabado más
liso y satinado, que puede servir de base a cualquier tipo de pintura.
Esta preparación implica que al terminar la aplicación del guarnecido se debe humedecer
su superficie y a continuación pasar un “peine” o el borde de una llana dentada para
producir estrías o surcos que faciliten la adherencia del posterior enlucido. Este se debe
iniciar cuando el guarnecido esté prácticamente seco y tenga un alto grado de
endurecimiento.
La pasta de yeso fino se tiende con la llana sobre la superficie del paramento,
comprimiéndola fuertemente y sucesivas veces contra el guarnecido hasta que forme un
mismo cuerpo con él. Esta reiterada presión va compactando y reduciendo el espesor de la
pasta y alisando su superficie hasta conseguir una gran adherencia entre ambas capas y un
acabado más fino y satinado.
Cuando haya que interrumpir la ejecución del enlucido se debe hacer de tal forma que se
asegure la trabazón entre esta parte y la siguiente. Para ello se corta con la llana la capa
interrumpida formando líneas onduladas cortadas en bisel.
Sin embargo, por razones prácticas, el enlucido que se realiza habitualmente tiene un
espesor entre 0 y 3 mm, y se aplica sobre el guarnecido cuando aún conserva gran parte del
agua de amasado, aunque debe tener consistencia suficiente para no desprenderse ni
deformarse al aplicar el enlucido.
Como observaciones a tener en cuenta en la ejecución del enlucido se pueden mencionar :
Se prepara en cantidades menores que las del yeso grueso, ya que se emplea menos
cantidad de pasta por unidad de superficie, y, en general, su fraguado es más rápido.
Al igual que el guarnecido, el enlucido se cortará en las juntas estructurales del edificio y a
nivel del rodapié.
Por último, en paramentos que vayan a ser alicatados por la otra cara, primero se alicata y
después se da el yeso para evitar eflorescencias.
aplicada sobre una superficie previamente guarnecida. Con él se obtiene un acabado más
liso y satinado, que puede servir de base a cualquier tipo de pintura.
Esta preparación implica que al terminar la aplicación del guarnecido se debe humedecer
su superficie y a continuación pasar un “peine” o el borde de una llana dentada para
producir estrías o surcos que faciliten la adherencia del posterior enlucido. Este se debe
iniciar cuando el guarnecido esté prácticamente seco y tenga un alto grado de
endurecimiento.
La pasta de yeso fino se tiende con la llana sobre la superficie del paramento,
comprimiéndola fuertemente y sucesivas veces contra el guarnecido hasta que forme un
mismo cuerpo con él. Esta reiterada presión va compactando y reduciendo el espesor de la
pasta y alisando su superficie hasta conseguir una gran adherencia entre ambas capas y un
acabado más fino y satinado.
Cuando haya que interrumpir la ejecución del enlucido se debe hacer de tal forma que se
asegure la trabazón entre esta parte y la siguiente. Para ello se corta con la llana la capa
interrumpida formando líneas onduladas cortadas en bisel.
Sin embargo, por razones prácticas, el enlucido que se realiza habitualmente tiene un
espesor entre 0 y 3 mm, y se aplica sobre el guarnecido cuando aún conserva gran parte del
agua de amasado, aunque debe tener consistencia suficiente para no desprenderse ni
deformarse al aplicar el enlucido.
Como observaciones a tener en cuenta en la ejecución del enlucido se pueden mencionar :
Se prepara en cantidades menores que las del yeso grueso, ya que se emplea menos
cantidad de pasta por unidad de superficie, y, en general, su fraguado es más rápido.
Al igual que el guarnecido, el enlucido se cortará en las juntas estructurales del edificio y a
nivel del rodapié.
Por último, en paramentos que vayan a ser alicatados por la otra cara, primero se alicata y
después se da el yeso para evitar eflorescencias.